Una investigación histórica sobre teología práctica y teología pastoral
- Dr. Henry Álvarez
- hace 6 días
- 28 Min. de lectura

El tópico que se estudia
Esta sección fue editada en base una la investigación realizada por el autor, mientras cursaba estudios doctorales de teología en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. El tópico a estudiar ésta investigación versó sobre la teología práctica y la teología pastoral. Se investigó el desarrollo histórico de ambas con la intención de describir sus raíces, estudiándose cada una de esas frases desde el punto de vista de la tradición católica y protestante. También se estudió lo que en la literatura se dice de ambos términos para delinear brevemente sus valores y contenido; y finalmente, se presentó una exposición de los resultados y una conclusión final.
Importancia del tema a estudiar
De acuerdo con Miller-McLemore, la teología práctica y la teología pastoral fueron términos intercambiables por mucho tiempo pero en la actualidad, deben estudiarse separadamente como dos disciplinas interdependientes ya que ellas coadyuvan a entender el ministerio pastoral.[1] Thornton, explica que la teología debe analizarse en cinco modos o funciones. En primer lugar, la teología tiene una función revelacional, que significa que ella debe cumplir con dar a conocer, o proclamar el conocimiento revelado por Dios. Segundo, la teología tiene una función práctica, refiriéndose a las implicaciones que resultan de la aplicación de la misma. El autor explica que el mensaje revelado y proclamado exige una respuesta práctica e inmediata, lo cual él considera “teología práctica”. Tercero, la teología es pastoral, porque es empleada por pastores cuando ministran a la comunidad de fe; para Thornton, una verdadera teología pastoral no es simplemente adaptar la teología a las circunstancias, más bien es aceptar y reconocer una determinada situación existencial y evaluar con honestidad lo que la verdad revelada dice al respeto. Cuarto, la teología debe ser aplicada porque así servirá de guía al creyente en general para interpretar lo concerniente al discipulado de forma acertada. Quinto, la teología es un constante análisis, y por esto puede guardar a personas y comunidades del error.[2]
La teología práctica ha sido definida como la teología en acción, queriendo decir, la aplicación de la doctrina a la vida práctica.[3] Por otra parte, Torres señala que, la teología práctica tiene como horizonte el reinado de Dios; se interesa en todas las prácticas humanas en la medida que ellas son el lugar de la actividad de Cristo en el mundo. Esta teología tiene por función proponer a la cultura los significados propios que la tradición describe. Hacer teología práctica supone una adhesión crítica a la red de creencias movilizada por la tradición, la teología exige un anclaje en la tradición cristiana. En esta perspectiva, toda reflexión teológica que concierne la puesta en obra de la Palabra, no en el plano individual, sino en el plano comunitario y eclesial, es teología práctica. La teología práctica, por tener como objeto de estudio la reflexión crítica sobre las prácticas eclesiales, es verdaderamente teología, ya que ella penetra al mismo seno de la Iglesia y se conecta con las fuentes formadoras del ser cristiano. Al mismo tiempo se considera práctica, pues toma como fuente el análisis de las prácticas cristianas y eclesiales, impacta e influencia la sociedad, y termina con la elaboración de nuevas actitudes proféticas para la comunidad cristiana. La teología práctica es entonces una instancia reflexiva y científica de la actuación de la Iglesia en el mundo de hoy.[4]
También se puede añadir, que la teología práctica es la parte de la teología que tiene por objeto inducir al creyente a aplicar, en su vida diaria, los principios que se encuentran en las Sagradas Escrituras. A fin de lograr sus propósitos, la teología práctica se aprovecha de la homilética y de la teología pastoral.[5] Más aun, Miller-McLemore expone que la teología práctica es una disciplina integrativa y la teología pastoral es una disciplina centrada en la persona.[6]
En cuanto a la teología pastoral, Savage enseña que la teología pastoral puede ser descrita como una disciplina de reflexión centrada en la práctica de la Iglesia y que se encauza hacia el prójimo. Una de las ramas más importantes de la teología práctica es precisamente la teología pastoral, la cual se enfoca en el alma del individuo y tiene que ver con las complejas y múltiples actividades del pastor cuando éste se encuentra apacentando su congregación.[7] Oden explica que la teología pastoral es una rama de la teología cristiana que se ocupa del ministerio y funciones de un pastor. La teología pastoral es “teología” porque atiende las consecuencias de la revelación de Dios en la historia. Es también “pastoral” porque trata con las consecuencias directas del ejercicio, los roles, deberes, y trabajo de un pastor. Oden añade también que la teología pastoral es una forma o variante especial de la teología práctica porque ésta se enfoca en la práctica del ministerio, especialmente en la definición sistemática del ministerio pastoral y sus funciones.[8]
Por otra parte, Nel enseña acerca del cumplimiento del rol de pastor cuando funge como un intermediario. Este autor entiende el ministerio como Dios viniendo a su pueblo a través del ministerio y de la congregación. Por tanto, el cumplimiento del rol pastoral no es un acto del ser humano, pero es la acción de Dios quien, por medio del ministerio oficialmente establecido como intermediario, viene a su gente por medio de Su Palabra. Nel menciona ocho modos en que Dios viene a su Iglesia y al mundo a través del ministerio: Kerygma, Leitourgia, Paraklesis, Didache, Koinonia, Diakonia, Marturia, y Kubernesis.[9]
La palabra “pastoral” proviene de la palabra griega poimen, que a su vez procede de la raíz de una palabra que significa “protección”; de poimen se deriva la palabra “pastor” y “pastoral”.[10] Según Deiros, la teología pastoral desde un punto de vista misionológico, es la reflexión crítica y sistemática sobre las acciones pastorales en el cuerpo de Cristo. Para Deiros, la teología pastoral, es una de las cuatro subdivisiones de la teología práctica. Él explica también que teología pastoral refiere a funciones ministeriales en virtud de las personas. En el pasado fue sólo un término académico, pero con el desarrollo de la psicología dinámica, se ha sustituido muchas veces con la frase de “psicología pastoral”. Hoy día, debido a que ésta frase ubica a la teología pastoral en un límite más allá de su significado original, existe un movimiento para recuperar la expresión genuina de la teología pastoral, queriéndosele agregar un sentido más hacendoso.[11] Finalmente, Hiltner presenta una fórmula que renueva los aspectos dinámicos y teológicos de las funciones pastorales, que él entiende que son “curar, sostener, guiar y reconciliar”.[12]
Historia y definiciones que conceptualizan la teología práctica
Root enseña que la nomenclatura “teología práctica” tiene sus inicios en la creación de las universidades modernas, aunque se cree que éste término se presentó por primera vez en la obra del austríaco Gisbert Voetius (1648-1669). Voetius vio la teología práctica como parte de la teología moral, la teología ascética (reflexión sobre la devoción), y la política eclesial (reflexión sobre la predicación, catequesis, etc.). Más tarde, con el desarrollo de la teología moral, o ética, la teología práctica vino a ser entendida como una teología pastoral. Fue el teólogo protestante Schleiemacher (1768-1834), quien hizo el más convincente argumento sobre la teología, estableciendo que ella es una ciencia como la medicina y las leyes. Éste argumento se difundió en la academia y debido a ello, se interpretó a la teología práctica como una ciencia aplicada, igual que las otras ciencias.[13] Aunque Schleiemacher fue el pionero en usar ésta frase en la academia, definiéndola como hoy se concibe, en tiempos del escolasticismo, se discutía sobre si la teología, como ciencia, era práctica o especulativa. El protestante Hollaz (1648-1713), llamó a la teología una disciplina eminentemente práctica y dentro del pietismo con frecuencia se describía la “teología práctica” como la enseñanza dada sobre la vida piadosa.[14]
Según Fahlbusch y Bromiley, la teología práctica es el término usado para identificar una disciplina teológica que tiene a las actividades de la iglesia como su tema de estudio. Dentro de facultades teológicas protestantes se estudia como una disciplina independiente de la teología sistemática y de otros estudios bíblicos. La idea que propuso a la teología práctica como una disciplina independiente dentro de la organización educacional teológica protestante, fue desarrollada en el siglo XIX en países europeos.[15]
Farley, argumentó que en la edad media no existió realmente una teología práctica bien definida, aunque sí existían manuales para entrenar a ministros, lo cual podría reconocerse como el comienzo incipiente de la teología práctica. La teología práctica se desarrolló en el período moderno producto de la creciente preocupación por entender y organizar la vida práctica de la Iglesia y su intervención en diferentes áreas. Fue precisamente Schleiermacher quien dio un lugar más específico a la teología práctica definiéndola como una disciplina autónoma. A través de la teología práctica se comienzan a establecer una serie de reglas y normas para facilitar la solución a situaciones prácticas del liderazgo en la Iglesia.[16]
Por otra parte, Burkhart explica que el teólogo alemán Nitzsch (1787-1868), hizo de la teología práctica una disciplina comparable a la teología filosófica e histórica. Su fin fue enseñar el correcto entendimiento de las tareas en el ministerio; él consideró en la teología dos conceptos separados: el conocimiento para la práctica y el conocimiento de la práctica. Así pues, la teología práctica del siglo XIX fue tratada por primera vez desde un punto de vista conceptual y disciplinario. Al transcurrir del tiempo, la atención se centró más en la formación de pastores y cuestiones relacionadas con su trabajo práctico. Debido a las exigencias de un sistema educacional más organizado, en el siglo XIX se llegó a aceptar que la preparación en teología práctica debía incluir homilías, catequesis y “poimenics” (el estudio o la aplicación de la teología pastoral). Llegado el siglo XX, la educación práctica fue aún más acentuada, y el entrenamiento de los ministros fue algo más requerido y riguroso. Para cumplir con estos nuevos retos, la teología práctica adoptó nuevos métodos, temas, y disciplinas, como por ejemplo: la psicología de la religión, la sociología de las Iglesias, y la pedagogía cristiana. También se hizo una distinción entre la teología práctica en universidades y la teología práctica en seminarios. La primera fue más teórica y la segunda, más dada al entrenamiento. Sin embargo, se mantiene un principio común en ambas, al igual que la teología misma, la teología práctica en universidades o seminarios debe tener sus bases en las Sagradas Escrituras. La proclamación de la Palabra de Dios es el verdadero tema en cada esfera.[17]
En el presente, la teología práctica es una disciplina que busca establecer un sólido fundamento al trabajo pastoral, y su principal enfoque se ha puesto en las manos de lo que se conoce hoy como “cuidado pastoral”. El cuidado pastoral puede ser definido como la tarea práctica de ayudar a la gente a vivir en bienestar. El ayudar a la gente a vivir se convirtió en el tema de la enseñanza, y encontró expresión correspondiente en la literatura y en los institutos de formación que ofrecen el estudio del ministerio pastoral. De manera progresiva, el cuidado pastoral se valió del psicoanálisis, llegando así a formar parte de la educación clínica pastoral, la psicología pastoral, y las tendencias psicológicas de la pastoral en la Iglesia. Esto ha generado nuevos problemas para la teología pastoral, como lo es la simbiosis de las ciencias humanas y sociales con la teología práctica.[18]
El desarrollo angloamericano de la teología práctica fue un poco diferente al europeo. Fue en el contexto enciclopédico que la teología práctica apareció por primera vez en la escena angloamericana a mediados del siglo XIX. En el siglo XX se identifica un creciente y marcado secularismo e institucionalismo en la teología práctica. El avance de las ciencias sociales proporcionó a la teología práctica herramientas para analizar el contexto que le rodea. Esto permitió la implementación de un acercamiento metodológico útil para llevar a cabo un diálogo interdisciplinario. En América, la educación profesional surgió como una alternativa viable a la educación clásica. Por ende, la teología práctica ya no podía definirse a sí misma como lo hiciera en el pasado. Siguiendo el ejemplo del trabajo social, del derecho y de la administración de empresas, la teología práctica se enfrentó al reto de proporcionar una estructura teórica para los “profesionales” que deseen educarse en el ministerio.
En los Estados Unidos, el cuidado pastoral ya establecido, y el movimiento de consejería, así como el movimiento de la educación religiosa, ejemplifican intentos de formar un enfoque más profesional al ministerio sobre la base de un diálogo entre la teología y las ciencias sociales. Intereses similares también se pueden ver en los diferentes programas de estudios pastorales que surgen en el Reino Unido, donde mantienen un mejor equilibrio sobre el énfasis sociológico y psicológico. Estos movimientos y programas han exigido una nueva comprensión de la teología práctica. Por ejemplo, en los Estados Unidos se distingue hoy entre las disciplinas teológicas, las que son "centrada en la lógica" y las que son "centrada en la praxis", ésta última representa la teología práctica pura.
A pesar de las diferencias en las definiciones de la teología práctica, ello refleja el consenso de lo que comenzó a surgir a mediados de siglo XX. En primer lugar, la teología práctica no se centró exclusivamente, ni siquiera principalmente en las funciones del clero o de la Iglesia, sino en el mundo en relación a Dios. En segundo lugar, la teología práctica llevó a cabo su propia investigación y participó en su propia teoría y construcción. En tercer lugar, la mayor parte de la obra de la teología práctica fue interdisciplinaria, desarrollándose así propuestas teológicas que se enriquecieron del diálogo con las ciencias sociales, las humanidades, y otros recursos no teológicos. En cuarto lugar, la teología práctica incluyó o apoyó la clase de razonamiento circunstancial que es inherente a la práctica crítica.[19]
Este consenso dio lugar a un período de expansión sobre el objetivo de la teología práctica a nivel internacional. Un número de modelos emergentes se pueden identificar de diferentes maneras. Por ejemplo, se habla del modelo revisionista de la teología práctica. En este enfoque, la teología práctica se involucra en una amplia gama de reflexión y asuntos éticos, que conducen a la formación de reglas y roles apropiados dentro de contextos específicos. Además, teólogos prácticos influenciados por las teologías feministas y de liberación, han tratado de definir la teología práctica de forma tal que no se disminuye la importancia de la crítica ideológica en cada rama de la teología. En este sentido, la teología práctica tiene la tarea específica de proporcionar orientación concreta a determinadas comunidades en su lucha por constituir prácticas liberadoras que pueden desafiar las formas de opresión. Se aboga por un método de crítica práctica en relación con el trabajo interdisciplinario (entre las disciplinas académicas), para incorporar prácticas emancipadoras.[20]
Otro reciente enfoque sobre la teología práctica ha comenzado a surgir. Este enfoque ha guiado a un reconocimiento del razonamiento práctico que sigue diferentes patrones en diferentes comunidades. En la tradición protestante, este razonamiento es moldeado por la dialéctica entre la Palabra, la Escritura, el lenguaje y las prácticas en los diferentes contextos culturales e históricos. En este sentido, la teología práctica tiene la tarea de reflexionar críticamente sobre los modos retóricos por el cual la Palabra es dada, identificando diversos contextos culturales y normas de formulación para que la Iglesia pueda dar testimonio en su propio tiempo y lugar.[21]
La teología práctica y la Iglesia Católica Romana
Según la tradición dentro de la Iglesia Católica Romana, los términos “teología practica” y “teología pastoral” han llegado a ser utilizado como sinónimos. Sin embargo, la frase “teología práctica” es considerada el término más aceptado, el cual describe a un departamento de la teología compuesto por la teología pastoral, pedagogía religiosa, catequesis, liturgia, misionología y la enseñanza social Católica Romana. Después del Concilio Vaticano II, el término “teología practica” adquirió una orientación más pastoral que pragmática. La teología práctica es pues, una reflexión científica, crítica y constructiva sobre la "auto-realización" de la Iglesia en su condición presente y futura. Existen varias formas de teología práctica: social y analítica, crítica y hermenéutica, práctica y pastoral. Debido a la continua restauración de la Iglesia, y al aumento de las crisis en la praxis pastoral (por el número insuficiente de sacerdotes), ésta disciplina en particular, tiene la asignación de promover la reforma de la Iglesia como una tarea constante.[22]
Historia y definiciones que conceptualizan la teología pastoral
La teología pastoral, no fue originada en el ámbito académico sino en la práctica misma. Se base en la aplicación de diversas normas y técnicas derivadas de principios teológicos, y es perfeccionada por el clero experimentado. La teología pastoral se relacionó con la teología sistemática o dogmática. De acuerdo a los conceptos clásicos, su objetivo fue enseñar a los clérigos sus deberes en diversas situaciones, y, a la vez, guiarlos por las normas doctrinales de la fe cristiana, y por la sabiduría proporcionada en la literatura (por ejemplo, los manuales) de la teología pastoral. Para Thornton, la teología pastoral significa la adaptación de la doctrina por el pastor a su congregación.[23]
Para hacer una breve historia de esta disciplina, podremos decir primero que la palabra “pastoral” viene del latín “pastoralis” que ilustra la figura de un pastor de ovejas. En este sentido, la teología pastoral originalmente describe la teología del ministerio cristiano de forma amplia, concibiendo y designando así, el trabajo que un pastor hace en el ministerio. Según este concepto, todo el clero fue considerado un cuerpo de teólogos pastores y sus prácticas fueron descritas como “la teología pastoral”. A finales del silo VI, sintiendo la necesidad de orientar las prácticas pastorales de un modo más sistemático, el papa Gregorio (540-604 dC), publicó Liber regulae pastorilis (Libro de gobierno pastoral). En este “manual”, el ministerio de un clérigo a menudo se traduce en inglés como “cuidado pastoral” y fue similar en esencia al tratado anterior escrito por Juan Crisóstomo (347-407 dC), titulado Sobre el sacerdocio, el cual se ocupa de la guianza de los clérigos sobre el “cuidado de las almas”. La obra del papa Gregorio dio lugar a un valioso acumulo de literatura (Pastoralia) que cada vez más se convirtió en normativa para la instrucción del clero y su desarrollo. La influencia y el uso de esta literatura se prolongaron a través de la Edad Media, llegando a influenciar aún al movimiento protestante en general. Evidencia de esto, lo son algunas de las clásicas obras de protestantes destacados como Martin Bucer (1491-1551) y Richar Baxter (1615-1691).
Junto con el nombramiento de las tareas y las prácticas del ministro ordenado, este cuerpo de literatura, a menudo llamado “teología pastoral”, ofreció principios y directrices para el ministro ordenado y se enfocó en atender fundamentalmente al personal sometido a la formación vocacional y al entrenamiento del clero. Estos conceptos prevalecieron por muchos años, hasta que se exigió un entrenamiento más sistemático y formal del clero, lo cual permitió que la educación teológica llegara a ser más fragmentada y por ende más especializa.
En el periodo moderno, la investigación y la especialización se intensificaron más. Se argumentó que la ley y la medicina tenían un paralelo común con la educación teológica. Por tanto, al igual que los profesionales en ciencias, los clérigos tenían que ser entrenados en un específico conocimiento y en una serie de habilidades que, en el caso clerical, les sería necesario para desarrollar su liderazgo y práctica ministerial. Ese “entrenamiento especializado”, llegó a ser lo que la teología pastoral debía proveer. Desde entonces, la teología pastoral vino a ser descrita como una educación para, y una práctica de, liderazgo clerical y sus diversas tareas fueron expresadas en una manera más formal, regularizada, y científica. La exigencia de tareas más especializadas se incorporó al objetivo educacional de la teología pastoral, lo cual comprende el cuidado pastoral (“poimenics”), la instrucción en la fe (la catequesis), la aplicación de los principios morales a las experiencias de la vida (la casuística), y, en algunos círculos, el arte de predicación (la homilética), aunque los protestantes suelen tratar éste último punto por separado. La teología pastoral termina entonces, siendo destinada a preparar el ministro de forma más “profesional”, para seguir dando atención en las cuatro ancestrales funciones pastorales necesarias para "la cura de almas", es decir, sanar, sostener, guiar y reconciliar.
Debido a la influencia de Schleiermacher y Nitzsch a mediados del siglo XIX, algunos llegaron a describir a la teología pastoral como un componente de la teología práctica, que juntamente con la teología filosófica e histórica, llegaron a ser mencionadas entre las principales áreas o disciplinas dentro de la educación teológica o la así llamada, enciclopedia teológica. Ya que las influencias de Schleiermacher y Nitzsch seguían siendo intensas, la teología práctica, al igual que la teología pastoral, llegaron a tener diferente significados.
Muchos críticos piensan que Schleiermacher fue el responsable de perpetuar la idea de que la teología práctica (incluyendo su principal componente, la teología pastoral) era concerniente (casi exclusivamente) a los principios y a las técnicas aplicadas en el ministerio. Sin embargo, Schleiermacher no del todo estuvo convencido de circunscribir a la teología práctica como una disciplina que trate solo de técnicas o conocimiento técnico. Siempre trató de afirmar que la teología práctica era una disciplina teológica autónoma que envuelve la adquisición y el uso de asuntos propios del ministerio, refiriéndose de ellos como la constitución interna que describe la verdad y la pureza del carácter cristiano, y las reglas del arte del ministerio. También Schleiermacher argumentó que la teología práctica requiere de la convergencia de todos los conocimientos teóricos del cristianismo con el fin de establecer una conciencia metodológica para la práctica oficial. Por lo tanto, aunque el legado de Schleiermacher fue un paradigma clerical, él trató en realidad de describir el cómo los pastores debían conceptualizar su trabajo en el ministerio, lo que implicaba que el trabajo y la forma ministerial en que éste se llevaba a cabo, requería una metodología más rica e intencional que las descritas en la literatura clásica. Sin embargo, el criterio sobre la teología pastoral, como parte de la teología práctica, permitió que la formación del clero fuera circunscrita al estudio de principios y técnicas aplicadas en el ministerio, lo cual se impuso progresivamente en Europa y América del Norte desde principios del siglo XIX.[24]
Durante gran parte del siglo XX, el pensamiento europeo siguió aplicando el término “estudios pastorales” para denotar un enfoque en la formación de, y habilidades para, el ministerio pastoral, apelando al principio de la teología aplicada para describir la teología pastoral. Después de la mitad del siglo XX, la teología pastoral se describe desde otra perspectiva; en términos más generales en algunos aspectos, pero en otros, siendo más específica. Fue en el contexto Norteamericano, donde se amplió su concepto para incluir la reflexión crítica sobre la teoría y la práctica. Ya no fue pues, la teología pastoral concebida simplemente como un dogma aplicado o una teología sistemática (teórica), tampoco fue solo una simple capacidad técnica mostrada en habilidades para el ministerio. La teología pastoral adquirió un mayor significado cuando dio más importancia al entender las experiencias vivenciales traídas por personas con dilemas, conflictos, luchas y necesidades en general. Los pastores, capellanes y demás que sirven en ministerios institucionales, fueron retados a solucionar problemas psicológicos así como los espirituales.
Según Miller-McLemore, en los Estados Unidos la teología pastoral es una sub-disciplina de la teología práctica. La teología pastoral esta dedica al cuidado pastoral lo cual exige el uso de la psicología para ayudar a las personas en dolor (físico o almático). Así mismo se señala que la teología pastoral ha tenido una historia problemática dentro de la Iglesia Católica Romana, la cual no le ha concedido el status de una disciplina académica en la misma forma en que ha sido hecho dentro del protestantismo. En los Estados Unidos, la Iglesia Católica y sus instituciones educativas carecen de la infraestructura académica para apoyar esta disciplina académicamente. Finalmente, Miller-McLemore explica que se distingue entre las dos disciplinas, solo con el propósito de fomentar el desarrollo de ambas.[25]
En este momento, se debe recordar que la visión de Schleiermacher y Nitzsch para con la teología práctica, fue entender que la teología pastoral incluía el conocimiento y la perspectiva extraída de la teoría y la práctica, reunidas en una relación mutua, critica, dialéctica, correlacionar y hermenéutica. El resultado fue que, si bien la teoría y la doctrina teológica pueden guiar y dar forma a la práctica pastoral, y por lo tanto, a la teología pastoral, como el punto de vista clásico lo sostiene, la reflexión crítica sobre la práctica, incluyendo la singularidad de la experiencia concreta, se espera que jueguen un papel central en la orientación y la formación de la teoría religiosa y la doctrina. Cuando se dio más atención a la preparación de pastores con recursos que le capaciten para tratar las necesidades humanas, y para discernir la relación entre la fe cristiana y las experiencias vivenciales, la teología pastoral atrajo cada vez más los recursos provistos por la psicología, psicoterapia, y otras perspectivas clínicas relacionadas, al igual que atrajo ciencias humanas como la antropología, sociología y la hermenéutica. Así, la teología pastoral se apropió de diversas perspectivas ofrecidas por esas disciplinas, con el propósito de que el pastor brindara un mejor servicio en el ministerio, y atendiera a una población más diversificada.
También se debe añadir que, la teología pastoral llegó a ser un término casi exclusivo entre los protestantes, mientras que en Norteamérica, la teología pastoral se desarrolló en algo más específico; casi exclusivamente se transformó en la definición de cuidado pastoral y consejería. La teología pastoral, en la mitad del siglo XX, limitó su preocupación a experiencias como el duelo, dificultades en las relaciones, intervención en estados de crisis y adicciones, en la comprensión y estudio del desarrollo de la identidad, la personalidad y la persona. También se envolvió con ciertas condiciones clínicas, como depresión y ansiedad. Por ende, el principal enfoque de la teología pastoral vino a ser el individuo, es decir, la persona y sus más cercanas relaciones junto a su contexto.
McClure explica que, promover el florecimiento de las personas y sus comunidades, es la tarea central y la visión normativa de la teología pastoral. En diferentes momentos históricos, la teología pastoral ha puesto su atención en diferentes aspectos de la experiencia humana. La autora menciona y desarrolla cuatro distintos focos de atención en la historia de la teología pastoral en los Estados Unidos: 1) atención a la relación con lo Divino, 2) atención a la relación de la persona consigo mismo, 3) atención a la relación de una persona con otras, y, 4) atención a la relación de una persona con los sistemas u organizaciones.[26]
Lapsley explica que, varios movimientos y disciplinas llegaron a ser muy cercanas a la teología pastoral. Estas nuevas disciplinas usaron perspectivas teológicas que vinieron a identificarse como tareas del cuidado pastoral y la consejería. Entre estas nuevas disciplinas se puede mencionar a la teología clínica, cuidado personalista y consejería, psicología de la religión, y la educación de clínica pastoral. Se reitera que la frase “teología pastoral” es imprecisa; no existe ninguna definición que se pueda considerar universalmente aceptada, en especial dentro de la tradición protestante. En la actualidad se puede analizar en tres diferentes perspectivas que tienen diferente énfasis: 1) una teología y práctica del cuidado pastoral y consejería; 2) una perspectiva teológica que trata de entender la relación de la fe cristiana con el mundo de manera más amplia, prestando especial atención a los métodos de la reflexión y la práctica pastoral; 3) una disciplina académica dentro de la educación teológica que se ocupa de los asuntos citados en (1) y (2).
Hoy, la teología pastoral es vista principalmente como la teología y la práctica del cuidado pastoral y la consejería en el medio protestante. Simultáneamente, continúa siendo una disciplina centrada en la persona y su ambiente. Vale señalar que la teología pastoral se ha ampliado en al menos dos nuevas perspectivas. En primer lugar, debido a la influencia del pensamiento marxista, feminista y liberacionista, así como las teorías sociales, algunos conciben a la teología pastoral como atendiendo a una gama de personas más diversas. A ésto se añade, los efectos de las diversas formas de abuso, opresión y la injustica tanto a nivel personal como organizacional. En cada caso, la teología pastoral insiste en la búsqueda del bienestar del individuo. La segunda nueva perspectiva en la que hoy se involucra la teología pastoral es el movimiento que reclama le redefinición de la teología pastoral en sus conceptos clásicos, retomando sus principios y reflexión teológica. Centrado en este esfuerzo, está el objetivo de reducir el papel predominante de las ciencias humanas y las disciplinas afines que han influenciado la formación de teorías y métodos de la teología pastoral, con el fin de que la teología pastoral sea guiada principalmente por preceptos y enfoques teológicos que formen la reflexión y la práctica pastoral pura. Este movimiento que intenta “redefinir la teología pastoral” se basa en un énfasis patrístico y en la ortodoxia reformada; su enfoque se centra también en el liderazgo pastoral y eclesiástico tradicional.[27]
La Iglesia Católica Romana y la teología pastoral
Como se dijera anteriormente, las frases “teología pastoral” y “teología practica” han sido usados indistintamente en la tradición de la Iglesia Católica Romana. Sin embargo, se acepta que la teología pastoral es un área dentro de la disciplina académica de la teología práctica, y atiende a lo que se llama clásicamente “poimenics” o cuidado pastoral. Además, la teología pastoral es concebida como un término amplio, significando que “poimenics” busca proveer lo que las ramas de la teología práctica (catequesis, educación religiosa, teología moral, ética social, liturgia, misionología y derecho canónico) se proponen.
Fahlbusch and Bromiley señalan que, desde el siglo XVIII hasta el final del Concilio Vaticano II, el punto de vista Católico sobre teología pastoral fue casi el mismo concepto concebido por el protestantismo. Es decir que la teología pastoral estuvo enfocada en el entrenamiento formal y con las prácticas del ministro (clérigo), y se basó en la guía de la Pastoralia, en la sabiduría colectiva y en la experiencia del clero dentro de la tradición. La teología pastoral dio atención a la “poimenics”, la catequesis (especialmente para niños y conversos), la casuística, (o aplicación de los principios morales y éticos) y a las situaciones de la vida. Con ayuda de la teología pastoral, se entrenó también en los siete sacramentos y numerosas liturgias, en derecho canónico y en la supervisión de las diversas transacciones de la vida parroquial.
La teología pastoral en el catolicismo romano, llegó a ser vista esencialmente como una teología aplicada, tomando a menudo la forma de instrucción para emplear técnicas de ministerio derivados de preceptos dogmáticos. Se centró exclusivamente en el sacerdocio ordenado, ya que proveyó poco lugar para la participación de los laicos en los ministerios de la Iglesia.
Según Fernández, el Concilio Vaticano II no fue convocado para deliberar problemas teológicos concretos; fue un Concilio que perseguía, como la iglesia misma en todo su obrar, una dimensión pastoral. Sin embargo resultó ser el Concilio más teológico de la historia de la Iglesia.[28] Después del Vaticano II, la teología pastoral se definió como “una teología de la Iglesia en acción y la acción en la Iglesia”, éste cambio produjo nuevos enfoques y énfasis. En primer lugar la teología pastoral ya no se limitó a aplicar dogmas o conocimientos técnicos, sino que se identificó como una praxis, lo cual supone un estudio detallado de los preceptos dogmáticos (teoría) a la luz de situaciones concretas de la vida real. Mientras que Dios se revela en las doctrinas y tradiciones de la Iglesia, también Dios se revela en ocasiones, en ministerios tangibles que toman lugar en una variedad de configuraciones contextualizadas, tanto en la Iglesia como en el mundo. Así que, la teología pastoral busca entender el estado actual de asuntos en el ministerio y el contexto en el cual vive la Iglesia, con el propósito de discernir, como la Iglesia debe actualizarse a sí misma en el mundo. En otras palabras, la teología pastoral implica la reflexión sobre la praxis, que a su vez da forma a otro tipo de reflexión teológica, es decir, la teología fundamental y dogmática.
En segundo lugar, se dio más atención al público en general, a lo ecuménico, e incluso a la naturaleza transformadora de la fe cristiana y por ende a la teología pastoral.
En tercer lugar, se dio un lugar más amplio a los laicos en el pensamiento católico. La teología pastoral ya no es de la competencia exclusiva del sacerdocio. Ahora los laicos también están llamados a identificar y utilizar sus dones para el ministerio, con el fin de contribuir a la reflexión y a la acción de la teología pastoral.
En cuarto lugar, debido a su enfoque en la praxis, la teología pastoral ha ampliado el rol de los conocimientos científicos y los recursos humanos en la empresa teológica. Apelando a los métodos de correlación, diversas relaciones hermenéuticas, y los métodos de varias teorías críticas, la teología pastoral se ha vuelto interdisciplinaria. Aunque ha habido un acercamiento entre católicos y protestantes sobre el entendimiento de la teología (práctica) pastoral, al menos dos énfasis católicos permanecen. Uno de ellos es el contexto comunal sobre el pensar y ofrecer cuidado pastoral, es decir, la comunidad eclesial sigue siendo el mayor objetivo, en oposición con el escenario más profesionalizado que exige un lugar parecido a un centro de consejería. En segundo lugar, el cuidado sigue siendo estrechamente ligado a los rituales y la liturgia de la vida Católica Romana y su adoración.[29]
Exposición de los resultados y conclusión
El resultado de esta monografía revela que existe un evidente debate acerca de la naturaleza y limites sobre la teología pastoral y la teología práctica en la tradición protestante. Algunas veces, la teología pastoral es reducida al dialogo entre la teológica y las disciplinas que coadyuvan a entender, monitorizar y cuidar algún aspecto de la vida humana; por ejemplo, se menciona el dialogo con la psicología, sociología, consejería terapéutica, medicina, ecología, etc. Mientras que la teología práctica parece dedicarse más a lo pragmático dentro de la Iglesia.
Para Henderson, la teología pastoral es el estudio de las cuestiones expuestas por la teología trinitaria que experimenta el ser humano en su específico hábitat: cultural, social y ecológico. Es también la búsqueda de la visión teológica que puede dar forma a la práctica que promueve el sano desarrollo de la comunidad y el individuo, fuera y dentro de la Iglesia.[30]
McClure argumentó que la teología pastoral formula teorías, teologías y prácticas para ministros con el fin de sanar. Esto distingue a la teología práctica, como una disciplina que atiende un rango más completo de responsabilidades y actividades del ministro. El objetivo de la teología práctica son las formas eclesiásticas, que usualmente incluye: la predicación, liturgias, educación cristiana, gobierno de la iglesia y administración. La teología pastoral promueve el bienestar de la persona y su comunidad y el fundamento de ello es la convicción de que el Ser Divino desea que su creación florezca. Así, la teología pastoral atiende la gente herida y su preocupación primordial por el bienestar se base en la convicción teológica de un Dios amoroso que quiere que todos participen de la vida. La preocupación primordial de la teología pastoral, ha sido eliminar los impedimentos que privan al ser humano de la participación en la vida de Dios. En otras palabras, la teología pastoral trata de ayudar a personas “cargadas” para que superen todo desafío y disfruten la vida de Dios. Así pues, la atención de las personas “heridas” ha sido la principal razón de ser en la teología pastoral.[31]
Kinast, expuso que la teología pastoral se refiere a los principios y habilidades de un pastor necesarios para cumplir con sus deberes primordiales del ministerio que son: la predicación, la catequesis / evangelización, presidir la liturgia, la administración, y el cuidado de los que sufren. Según el autor, el término teología pastoral, todavía se utiliza a menudo para referirse indiscriminadamente a consejería pastoral o cuidado pastoral, sin embargo, la teología pastoral tiende a ser entendida y practicada como una práctica teológica.[32] Este concepto en parte contradice y en parte se superpone a la definición dada por McClure y Henderson, lo cual demuestra que en la tradición protestante no existe ningún tipo de decisión concreta ni universal sobre la teología práctica y la teología pastoral.
Lovin afirma que la teología práctica es un tema que promueve mucha discusión hoy. Expertos revelan que el rol central de la teología práctica está centrado en disciplinas prácticas tales como, la predicación, consejería, educación, etc.; lo cual no concuerda con lo que otros exponen al respecto. Sin embargo, estoy de acuerdo con Lovin sobre el llamado que hay de regresar a los originales esfuerzos de la teología. Se desea desarrollar un comprensivo e integral entendimiento sobre la vida de la fe en la sociedad contemporánea.[33] El urgente llamado que se le hace a la teología práctica es para entender nuestra sociedad lo suficiente y para que la Iglesia pueda ser realmente la Iglesia. También es importante hacer eco de lo que Miller-McLemore argumenta, ella se da la tarea de diferenciar las disciplinas: teología pastoral y teología práctica. Ella explica que mientras la teología práctica es integradora, la teología pastoral es más centrada en la persona. Ubica su trabajo sobre teología pastoral en la teología práctica.[34] Considero que definiciones concretas como estas, si son aceptadas universalmente, promoverán la unidad de la Iglesia, por lo menos en estos menesteres.
Debido a la revisión de literatura hecha en ésta Monografía, se debe señalar también que la teología práctica y la teología pastoral comparten raíces comunes en la historia de la Iglesia porque ambas fueron devotas al ministerio congregacional, demostrando interés en la Iglesia, el ministerio y la práctica de la fe. Igualmente se demuestra que la frase “teología práctica”, realmente surge en el área académica, alrededor del siglo XIX en la tradición protestante.
Serrano explica el objeto y finalidad de la teología práctica. Comparto la tesis de Serrano porque él presenta a la teología práctica como una voz especifica que da conciencia reflexiva al actuar de la Iglesia de hoy. La teología práctica no se puede minimizar a una simple aplicación de la razón teológica, ni simplemente a una técnica de aplicación. Más bien, la teología práctica debería adherirse a una de las definiciones más tradicionales de la cristiandad, la descrita por San Anselmo en Fides quarens intellectum. Como explica Serrano, la función de ésta teología renovada sería producir la participación activa de cristianos que viven en comunidad eclesial. La acción de la Iglesia es donde la teología práctica participa para continuar con la misión y la obra salvífica de Jesucristo, lo cual es: enseñar, ser testigo, hacer discípulo y bautizar. Esta acción, se describe con las siguientes tareas pastorales: martyria (testimonio y anuncio de la Palabra a través de la evangelización y la catequesis); leiturgia (culto dado a Dios en la alabanza, acción de gracias y la celebración de los dones y del amor Divino a los seres humanos); diakonia (el servicio a los pobres y el servicio de la paz y de la justicia); koinonia (la asamblea-reunión de la comunidad cristiana en la unidad como signo profético de la recapitulación de la humanidad entera en Cristo). (p. 246).[35] Este análisis sobre la teología pastoral es evidentemente arraigado en la tradición de la Iglesia y en la Santa Palabra.
Finalmente, creo que Root y el movimiento de restauración teológica al cual pertenece, hacen un buen trabajo llamando con urgencia a la restauración de la fundación teológica en el contexto de la teología pastoral. Ellos están trabajando para identificar la teología pastoral con Jesucristo mismo. El propósito es de convocar a los pastores y líderes afines para que piensen más en acciones teológicas y menos en acciones terapéuticas.[36]
[1] Bonnie, J. Miller-McLemore. Five Misunderstandings About Practical Theology. International Journal of Practical Theology 16, no. 1 (August 2012): 5-26. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[2] Marin, Thornton. The Function of Theology. New York: The Seabury Press, 1968.
[3] José, Grau. Introducción a la teología. Barcelona, España: Editorial Clie, 1973.
[4] Juan Manuel Torres Serrano. El método de correlación en la teología práctica: fundamentos, objetivos, intereses y límites. Teológica Xaveriana 61, no. 171 (January 2011): 241-261. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[5] de Andrade, C. C. Diccionario teológico: con un suplemento biográfico de los grandes teólogos y pensadores, (13). Miami, FL: Patmos, 2002.
[6]Bonnie J. Miller-McLemore. Also a Pastoral Theologian: In Pursuit of Dynamic Theology. Pastoral Psychology 59, no. 6 (December 2010): 813-828. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[7] Sara, Savage. Doing Pastoral Theology Through Empirical Research. Journal of Adult Theological Education 13, no. 1 (August 1, 2002): 51-56. E-Journals, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[8] Thomas, C. Oden. Pastoral Theology. New York: Harper-Collins Publishers, 1983.
[9] Malan, Nel. Congregational Analysis: A Theological and Ministerial Approach. Hervormde Theologies Studies 65, no. 1 (December 2009): 432-448. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[10] Ralph G. Turnbull. Baker’s Dictionary of Practical Theology. Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1967.
[11] Deiros, P. A. Diccionario hispano-americano de la misión, (Nueva edición revisada). Bellingham, WA: Logos Research Systems, 2006.
[12] Seward Hiltner. Preface to Pastoral Theology. Nashville, TN: Abingdon Press, 1979.
[13]Andrew, Root. Practical Theology: What is it and How Does it Work? Journal of Youth Ministry 7, no. 2 (Spring2009 2009): 55-72. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[14] Erwin, Fahlbusch and Geoffrey W. Bromiley. Vol. 4: The Encyclopedia of Christianity (315–322). Grand Rapids, Mich.; Leiden, Netherlands: Wm. B. Eerdmans; Brill, 2005.
[15] Erwin, Fahlbusch and Geoffrey W. Bromiley, 2005.
[16] Edwar, Farley. Theology and Practical Outside the Clerical Paradigm, in Practical Theology. Don S. Browning, Editor. San Francisco, CA: Harper & Row Publichers, 1983.
[17] John E. Burkhart. Schleiermacher’s Vision for Theology, in Practical Theology. Don S. Browning, Editor. San Francisco, CA: Harper & Row Publichers, 1983.
[18] Erwin, Fahlbusch and Geoffrey W. Bromiley. Vol. 4: The Encyclopedia of Christianity (315–322). Grand Rapids, Mich.; Leiden, Netherlands: Wm. B. Eerdmans; Brill, 2005.
[19] Dingemans, D.J. Gijsbert. Practical Theology in the Academy: A Contemporary Overview. Journal of Religion 76, no. 1 (January 1996): 82. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[20] Dingemans, D.J. Gijsbert. Practical Theology in the Academy: A Contemporary Overview. Journal of Religion 76, no. 1 (January 1996): 82. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[21] Erwin, Fahlbusch and Geoffrey W. Bromiley. Vol. 4: The Encyclopedia of Christianity (315–322). Grand Rapids, Mich.; Leiden, Netherlands: Wm. B. Eerdmans; Brill, 2005.
[22]Erwin, Fahlbusch and Geoffrey W. Bromiley. Vol. 4: The Encyclopedia of Christianity (315–322). Grand Rapids, Mich.; Leiden, Netherlands: Wm. B. Eerdmans; Brill, 2005.
[23] Marin, Thornton. The Function of Theology. New York: The Seabury Press, 1968.
[24] David, Tracy. The Foundations of Practical Theology, in Practical Theology. Don S. Browning, Editor. San Francisco, CA: Harper & Row Publichers, 1983.
[25] Bonnie, J. Miller-McLemore. Five Misunderstandings About Practical Theology. International Journal of Practical Theology 16, no. 1 (August 2012): 5-26. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[26]Barbara, J. McClure. Pastoral Theology as the Art of Paying Attention: Widening the Horizons. International Journal Of Practical Theology 12, no. 2: 189-210. (2008) Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed April 25, 2013).
[27] James, N. Lapsley. Practical Theology and Pastoral Care: An Essay in Pastoral Theology, in Practical Theology, Don S. Browning, Editor. San Francisco, CA: Harper & Row Publichers, 1983.
[28] Luis M. Fernández. Los caminos de la teología. Madrid, España: Biblioteca de Autores Cristianos, 1998.
[29] Erwin, Fahlbusch and Geoffrey W. Bromiley. Vol. 4: The Encyclopedia of Christianity (315–322). Grand Rapids, Mich.; Leiden, Netherlands: Wm. B. Eerdmans; Brill, 2005.
[30]Janet, Henderson. What is Wrong with Pastoral Theology? British Journal of Theological Education 13, no. 2 (January 2003): 107. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[31] Barbara, J. McClure. Pastoral Theology as the Art of Paying Attention: Widening the Horizons. International Journal of Practical Theology 12, no. 2 (October 2008): 189-210. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[32] Robert, L. Kinast. How Pastoral Theology Functions. Theology Today 37, no. 4 (January 1, 1981): 425-438. ATLA Religion Database with ATLASerials, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[33] Robin, W. Lovin. The Real Task of Practical Theology. Christian Century 109, no. 5 (February 5, 1992): 125. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 6, 2013).
[34] Bonnie, J. Miller-McLemore. Also a Pastoral Theologian: In Pursuit of Dynamic Theology (Or: Meditations from a Recalcitrant Heart). Pastoral Psychology 59, no. 6 (December 2010): 813-828. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[35] Serrano, Juan Manuel Torres. El método de correlación en la teología práctica: fundamentos, objetivos, intereses y límites. Teológica Xaveriana 61, no. 171 (January 2011): 241-261. Academic Search Complete, EBSCOhost (accessed March 7, 2013).
[36] Andrew, Purves. Reconstructing Pastoral Theology: A Christological Foundation. Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 2004.